Para quien no sea demasiado sensible a este tipo de cosas se trata de una visita muy divertida. En el Vampire Cafe se puede degustar una sopa de ala de murciélago o un cóctel de sangre roja. Podemos elegir entre mesas normales y reservados ocultos tras pesadas cortinas de terciopelo, iluminación indirecta y un ambiente misterioso.
Por supuesto el personal luce un uniforme acorde con la temática del lugar: trajes de mayordomo decimonónico para ellos y vestidos de doncellas victorianas para ellas. todo para que nos sintamos los invitados de honor a una lúgubre e inquietante cena en el castilo del Conde Drácula.
La cocina es una mezcla de variedades europeas y japonesas. Con la música barroca sonando de fondo podremos comer unos apetitosos rollitos de atún que forman un crucifijo salpicado de sangre (que no es otra cosa que tomate), un salmón marinado servido en un recipiente en forma de ataúd o unas bolas de helado coronadas con una calavera de chocolate. La presentación es magnífica y muy original, y la calidad de los platos más que aceptable.
A pesar del tema, este restaurante no es un lugar muy turístico. El sitio web y el menú no están traducidos, y es difícil de encontrar, ya que se ubica en el séptimo piso de un edificio gris y anodino anodino. Aun así, merece la pena visitarlo e incar el diente a alguna de sus siniestras delicias.
A pesar del tema, este restaurante no es un lugar muy turístico. El sitio web y el menú no están traducidos, y es difícil de encontrar, ya que se ubica en el séptimo piso de un edificio gris y anodino anodino. Aun así, merece la pena visitarlo e incar el diente a alguna de sus siniestras delicias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario